Murui

Creación Murui

(2022)

Al principio de la creación, todo era oscuridad. Moo Buinaima, el padre creador, dio un soplo formando una burbuja que se convertiría en tierra suave. Luego, creó a su hijo Jitoma quien endureció la tierra con el fuego y el calor del sol, dando paso a la formación de la naturaleza

Según la cosmovisión Murui, una noche de luna, cuando el hombre era mono, el pueblo Murui salió de la cueva madre ubicada en la Chorrera, Colombia. Los que lograron salir durante la oscuridad, se convirtieron en hombres; y los que no, mantuvieron la apariencia de monos. Moo Buinaima, el yashingo, dueño del bosque y la sirena, madre del agua, les proporcionaron lo necesario para nutrir sus cuerpos y convivir en armonía con los animales y el bosque.

El pueblo Murui, conocido como Huitoto, es una etnia de la Amazonía peruana y colombiana asentados en territorios cercanos al río Caquetá y el río Putumayo. A final del siglo XIX e inicio del siglo XX, los Murui estuvieron a punto de desaparecer debido a los trabajos forzados a los que fueron sometidos durante el auge de la explotación del caucho en la conocida Casa Arana, propiedad del empresario Julio C. Arana. Durante estos años, perdieron la vida cerca de 30 mil integrantes de la etnia Murui.

Esta propuesta busca entender el mundo a través de la cultura y cosmovisión del pueblo Murui, el cual ha sido desplazo e ignorado por la nación y con el que se tiene una deuda histórica hasta nuestros días. 

Asimismo, acercarse al concepto de identidad y memoria colectiva en la Amazonía, el cual se expresa de diversas formas y constituyen prácticas que se materializan en un modo de vida que dialoga en armonía con la naturaleza, el respeto por los abuelos y la conexión mental – espiritual entre sus miembros.

Las imágenes propuestas representan los primeros estadios del hombre y la tierra durante el camino de creación de la vida. La primera etapa del hombre como mono, es representada por los Murui con el pintado de sus cuerpos con huito, fruto silvestre de la Amazonía. Ellos pintan sus cuerpos de negro y relatan en sus danzas originarias este proceso,

De igual manera, en el génesis de la tierra fértil, última etapa de la creación del mundo por Jitoma, el fuego del sol también puede ser leído como una alegoría de la fuerza de un pueblo que está en constante resistencia y mantiene la llama encendida en señal de lucha y reivindicación.

En un mundo gobernado por la individualidad, la cultura Murui se nutre de las prácticas colectivas y la conexión con su entorno para recordarnos que la vida en comunidad y con respeto a la naturaleza es vital para habitar espacios en un mundo compartido.