Soga de Agua
Soga de Agua
(2021-en proceso)
Captura fotográfica digital / captura fotográfica analógica de 35 mm negativo color
A orillas del río Amazonas, en Loreto, Perú, se encuentra el pueblo de Tamshiyacu cuyo nombre significa bejuco o cuerda acuática. Desde 2012, Tamshiyacu ha sido presa de la deforestación de cerca de 2 000 hectáreas de bosque tropical primario que han sido convertidas en plantaciones de cacao por un capital extranjero.
Esta es la historia de mi familia en Tamshiyacu y de cómo el cuerpo, el alma y el territorio se ven amenazados por la destrucción progresiva de la selva amazónica. Me acerco a los imaginarios locales, a la degradación de los archivos familiares y a la posible pérdida de la memoria colectiva relacionada con la destrucción del territorio. También, a las heridas que la deforestación deja en el territorio y en quienes lo habitan. El agua guía los recuerdos de una memoria que se desvanece junto con los archivos familiares. El elemento acuático es una metáfora de las redes de canales invisibles a nuestros ojos como en la Amazonía, pero que nos mantienen conectados a través del inconsciente familiar; y el fuego, el elemento que quema los árboles así como a quienes habitan este pueblo y sus memorias hasta dejarlas en cicatrices y cenizas.
¿Qué pasa con la memoria cuando el territorio que la acoge está en peligro? ¿Cuáles son las consecuencias de la crisis climática en la selva amazónica? ¿Cuáles son las cicatrices invisibles que transmuta el territorio? La tierra como cuerpo habla en códigos que intento interpretar.
Apu
(Trabajo en progreso)
Fotografía digital
Los espíritus, el mundo otro, el gran misterio que nos protege, la vida, finalmente : Dios. El mundo material existe, así como existe el mundo espiritual, van de la mano. Nosotros habitamos el mundo terrenal y en este nos desarrollamos, a través de lo ritual, tomamos contacto con el mundo de los espíritus, estos pueden guiarnos mal o guiarnos bien. Este trabajo es un catálogo de seres espirituales que han tomado forma terrenal, para poder hablarnos, acompañarnos y guiarnos, para protegernos también. La luz y la sombra están en constante lucha, actualmente estamos entrado al nuevo pachakuti, a la nueva era de la luz, estamos en el tiempo de los chakaruna, de los hombres puente, somos la generación que transitará entre el mundo tradicional y el mundo contemporáneo. Estamos saliendo de la era de la sombra, y sólo reconciliándonos con ella, podremos ver la luz, habitar en el nuevo mundo.
El agua, las montañas, el viento, los ríos, las plantas, son seres sagrados. Ellos acompañan nuestros caminos, son un símil de los ángeles de la tradición judeocristiana.