No Todo Esta En La Superficie
(No) Todo está en la superficie
Impresión a partir de negativo formato medio sobre papel de algodón y acrílico intervenido con tinta UV.
2019
En (No) Todo está en la superficie, Sebastián Nieto vuelve a explorar el territorio que más lo ha inquietado durante los últimos años: las huellas y los vestigios que, a raíz del inexorable paso del tiempo, marcan los espacios, las relaciones y los cuerpos.
En este sentido, el origen de este proyecto se encuentra en el impulso que mueve a Nieto a intentar comprender las grietas abiertas por el tiempo. Nieto pareciera decirnos, por tanto, que auscultar nuestra memoria es tan duro como penetrar una piedra. Es imposible iluminar por completo el lugar donde se graban nuestras experiencias. Toda luz que se arroja sobre el fondo de nuestra subjetividad depende de un contexto y de un punto de vista que no deben entenderse solo como posiciones descriptivas, sino también como posturas valorativas. Hacer ver (o leer) es, al mismo tiempo, un gesto político (de poder) mediante el que se otorga sentido y valor a aquello que se hace visible (o legible).
Dicha reflexión en torno a la importancia de reconocer el lugar desde el que se recuerda, muestra que Nieto está preocupado no solo por los mecanismos de su memoria, sino también por el desfase que se produce cuando dos (o más) personas intentan recordar (¿reconstruir?) hechos vividos conjuntamente, pero que debido al movimiento de la historia terminan siendo rememorados de forma distinta
Alejandro León Cannock
Apu
(Trabajo en progreso)
Fotografía digital
Los espíritus, el mundo otro, el gran misterio que nos protege, la vida, finalmente : Dios. El mundo material existe, así como existe el mundo espiritual, van de la mano. Nosotros habitamos el mundo terrenal y en este nos desarrollamos, a través de lo ritual, tomamos contacto con el mundo de los espíritus, estos pueden guiarnos mal o guiarnos bien. Este trabajo es un catálogo de seres espirituales que han tomado forma terrenal, para poder hablarnos, acompañarnos y guiarnos, para protegernos también. La luz y la sombra están en constante lucha, actualmente estamos entrado al nuevo pachakuti, a la nueva era de la luz, estamos en el tiempo de los chakaruna, de los hombres puente, somos la generación que transitará entre el mundo tradicional y el mundo contemporáneo. Estamos saliendo de la era de la sombra, y sólo reconciliándonos con ella, podremos ver la luz, habitar en el nuevo mundo.
El agua, las montañas, el viento, los ríos, las plantas, son seres sagrados. Ellos acompañan nuestros caminos, son un símil de los ángeles de la tradición judeocristiana.