El Guayabo
El Guayabo (2014)
Fotografía digital
El Guayabo es una localidad que se ubica al sur de Lima en el departamento de Ica. Es un lugar habitado principalmente por pobladores de descendencia afroamericana, que al afincarse en el Perú hace más de 5 siglos, establecieron una huella cultural profunda parte trascendental de nuestra condición de nación multi étnica.
La población guayabina no excede los 500 habitantes, la cual se dedica mayoritariamente al cultivo de algodón, actuando como una red de abastecimiento para la micro industria. Esta zona fértil fue una de las más afectadas por el terremoto del 2007, pero a diferencia de otras localidades, El Guayabo, no se ha visto beneficiado por los canales de ayuda humanitaria, en consecuencia, el lugar ha sufrido un drástico proceso migratorio.
La propuesta fotográfica nos descubre un paisaje despoblado, mutilado en cuanto a su demografía. Pero a su vez, el proyecto nos revela un territorio que, delimitado por la convivencia con sus pobladores, se resiste a desaparecer, mostrando con sutileza, simbólicas y enérgicas señales de vida.
El Guayabo (2014)
Fotografía digital
El Guayabo es una localidad que se ubica al sur de Lima en el departamento de Ica. Es un lugar habitado principalmente por pobladores de descendencia afroamericana, que al afincarse en el Perú hace más de 5 siglos, establecieron una huella cultural profunda parte trascendental de nuestra condición de nación multi étnica.
La población guayabina no excede los 500 habitantes, la cual se dedica mayoritariamente al cultivo de algodón, actuando como una red de abastecimiento para la micro industria. Esta zona fértil fue una de las más afectadas por el terremoto del 2007, pero a diferencia de otras localidades, El Guayabo, no se ha visto beneficiado por los canales de ayuda humanitaria, en consecuencia, el lugar ha sufrido un drástico proceso migratorio.
La propuesta fotográfica nos descubre un paisaje despoblado, mutilado en cuanto a su demografía. Pero a su vez, el proyecto nos revela un territorio que, delimitado por la convivencia con sus pobladores, se resiste a desaparecer, mostrando con sutileza, simbólicas y enérgicas señales de vida.